27 agosto 2013

Carta al Director de los medios de comunicación



SOS por la costa de Vera

No, nosotros no la queremos verde, señor alcalde de Vera, Cuevas de la Almanzora, Antas y resto de excelentísimas e ilustrísimas autoridades de la Junta, Diputación de Almería y Gobierno central. No queremos las aguas verdes, sucias y nauseabundas que, año tras año, degradan la costa de Vera medio ambiental y económicamente, pues cercenan el desarrollo del turismo.

Unas aguas cuyos efluvios, fétidos por supuesto, parecen cegar al conjunto de las autoridades municipales, autonómicas, regionales y nacionales. Sólo la falta de sentido les impide intervenir ante las aguas sin depurar que se vierten indiscriminadamente desde Villaricos, sin el correcto tratamiento desde Antas, cuya laguna sigue sin dragarse, y quizá desdeotros puntos que, asociaciones de vecinos como Veraplayazul, han sacado a la luz y pedido analizar y erradicar.

Mientras se lo piensan, las playas de Vera están más cerca de izar la bandera negra que la azul. Campaña tras campaña sigue creciendo el número de personas que padece conjuntivitis, otitis y otras enfermedades, relacionadas con el estómago o la piel, propagadas por la mala calidad del agua.

En medio de tanta Administración, los vecinos y turistas de Vera nos sentimos náufragos y víctimas de un fuego cruzado entre ellas que busca tan sólo el interés particular o partidista sobre el general. Con tanta ventanilla administrativa abierta, competente o no, o sea incompetente, la zona de Vera se hunde.

Y más aún con un capitán y tripulación al mando, el consistorio de Vera, carente de fuerzas para llevar el timón y evitar lo que puede ser una gran tormenta sanitaria. Incapaz de avanzar positivamente en la calidad del agua, la limpieza de la arena y la prestación de servicios que precisa una zona que congrega a 20.000 personas cada verano. Denuncias medio ambientales que caen en el vacío a pesar de que exactamente se señala el lugar de los vertidos; cribado y recogida de residuos deficiente de la arena de la playa en toda su extensión, que obliga a los propios usuarios a decantar el espacio de juego; tablas insuficientes para acceder a la playa; mínima iluminación; contenedores a rebosar y sin reciclaje…donde sólo va siempre viendo en popa, aparte de la suciedad en el agua, el aumento de plazas de aparcamiento.

Únicamente parecen percibirnos cuando se trata de cobrar impuestos. En el “top ten” de crecimiento y degradación, según la prestigiosa organización Greenpeace,  Vera ha experimentado un incremento de la población que no se ha correspondido con el impulso económico y medio ambiental que merece la zona. Ni con buenos aires económicos ni con malos, Vera ha navegado hacia mejor. Por el contrario, camina a pasos agigantados hacia una degradación que va, como siempre, de menor a mayor grado desde Marina Bolaga hasta la zona naturista, hoy convertida casi en un gueto salvo cuando interesa publicitariamente.

Aproveche el incremento evidente de la población, señor alcalde de Vera, y haga una encuesta de satisfacción entre los vecinos y veraneantes de nuestra ciudad. Eso sí, entrevísteles en una hora que no sea de baño, pues desgraciadamente son ya muchos los que eligen otras playas cercanas para no tragar con todo esto.

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