20 mayo 2016

El Ayuntamiento de Vera juega con fuego al acumular las pasarelas de madera y material inflamable sin control

Veraplayazul descubre que el equipo municipal de limpieza mezcla las pasarelas con sofás y palmas secas sin orden ni ningún tipo de protección o valla.

Los vecinos alertan de que no sólo los neumáticos arden.

Las sillas de los socorristas, porterías derribadas, ramas y las pasarelas de madera amenazan a 800 viviendas, hoteles y otros lugares de ocio.

Espectáculo visual inaudito frente a la playa, que constituye una amenaza también para los niños y jóvenes por el peligro de derrumbamiento 

Sin ningún tipo de protección o valla, el Ayuntamiento de Vera acumula cientos de pasarelas de madera y material inflamable sin control en la calle Mare Nostrum, pegando a un jardín y rodeado de las 800 viviendas de la mancomunidad de Veramar, tres hoteles y un famoso local de ocio que tiene la techumbre de caña.

Con evidente peligro de incendio y de derrumbamiento, las pasarelas de madera se sitúan encima de dos sofás, junto a palmas y ramas secas o al lado de las boyas y de las sillas de los socorristas, mientras una gran portería derribada también entra en el desastroso cuadro. Veraplayazul, que tiene como objetivo representar a los 20.000 vecinos del litoral veratense, solicita al alcalde, Félix López, que explique cómo es posible situar las tablas sobre dos sofás o alrededor de palmas secas, como si se estuviera preparando una hoguera.
De libre acceso para cualquier adulto o niño que intente escalarlas, llevárselas o cometer cualquier otra tropelía, cientos de tramos de pasarela se acumulan en montañas inestables, junto a un recinto cerrado claramente sobrepasado donde se resguardan los dos tractores encargados de, supuestamente, la limpieza de la arena de la playa, que también serían pasto de las llamas en caso de desgracia.

El almacenamiento salvaje constituye, asimismo, un espectáculo visual inaudito desde la playa, pues también dista de ella unos cincuenta metros. Una postal ideal de la atención que presta el Ayuntamiento de Vera al turismo.
El vertedero es una muestra evidente de, en primer lugar, la diligencia del actual equipo de gobierno municipal, encabezado por el ya citado Félix López, en el cuidado de los recursos públicos. A la vista de que cómo trata y preserva las pasarelas de medida se explica que ahora amenace con colocarlas de hormigón. En vez de resguardarlas y mantenerlas en buen estado, permanecen todo el año tiradas y arrambladas a pesar de su evidente coste.
En segundo lugar, las vergonzosas instalaciones certifican la calidad da la limpieza de la que hace gala el consistorio veratense. Si convierten a su almacén en un estercolero, dentro y fuera de la valla, es de suponer el esmero y calidad de su trabajo de limpieza de la arena o del resto de las calles del municipio y del litoral.
En tercer lugar, la falta de actuación constata que vive de espaldas a los vecinos, pues han sido múltiples las denuncias sin que el Ayuntamiento mueva un dedo. Hace un mes, los vecinos de Veramar, que se han unido a Veraplayazul en defensa del litoral, alertaron, como antes se hizo en otras denuncias, del peligro que suponía el almacén salvaje y la suciedad.
Por último, pero no menos importante, la existencia del almacén es un desprecio a la protección, cuidado y bienestar de los vecinos y al potencial turístico de Vera pues supone un riesgo evidente tanto personal como económico.
Por si no lo saben, Veraplayazul aclara al alcalde y resto de corporación que “no sólo arden los neumáticos” y que las llamas serían avivadas hasta límites insospechados como consecuencia del viento en la costa. La asociación les recuerda, asimismo, que está próximo San Juan y que, en cualquier caso, lo más efectivo es dialogar y atender a los vecinos.

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