Veraplayazul descubre que el equipo municipal de
limpieza mezcla las pasarelas con sofás y palmas secas sin orden ni ningún tipo
de protección o valla.
Los vecinos alertan de que no sólo los neumáticos
arden.
Las sillas de los socorristas, porterías derribadas,
ramas y las pasarelas de madera amenazan a 800 viviendas, hoteles y otros
lugares de ocio.
Espectáculo visual inaudito frente a la playa, que
constituye una amenaza también para los niños y jóvenes por el peligro de
derrumbamiento
Sin ningún tipo de protección o valla, el
Ayuntamiento de Vera acumula cientos de pasarelas de madera y material
inflamable sin control en la calle Mare Nostrum, pegando a un jardín y rodeado
de las 800 viviendas de la mancomunidad de Veramar, tres hoteles y un famoso
local de ocio que tiene la techumbre de caña.
Con evidente peligro de incendio y de derrumbamiento,
las pasarelas de madera se sitúan encima de dos sofás, junto a palmas y ramas
secas o al lado de las boyas y de las sillas de los socorristas, mientras una
gran portería derribada también entra en el desastroso cuadro. Veraplayazul,
que tiene como objetivo representar a los 20.000 vecinos del litoral veratense,
solicita al alcalde, Félix López, que explique cómo es posible situar las
tablas sobre dos sofás o alrededor de palmas secas, como si se estuviera
preparando una hoguera.
De libre acceso para cualquier adulto o niño que intente
escalarlas, llevárselas o cometer cualquier otra tropelía, cientos de tramos de
pasarela se acumulan en montañas inestables, junto a un recinto cerrado
claramente sobrepasado donde se resguardan los dos tractores encargados de,
supuestamente, la limpieza de la arena de la playa, que también serían pasto de
las llamas en caso de desgracia.
El almacenamiento salvaje constituye, asimismo, un
espectáculo visual inaudito desde la playa, pues también dista de ella unos
cincuenta metros. Una postal ideal de la atención que presta el Ayuntamiento de
Vera al turismo.
El vertedero es una muestra evidente de, en primer
lugar, la diligencia del actual equipo de gobierno municipal, encabezado por el
ya citado Félix López, en el cuidado de los recursos públicos. A la vista de
que cómo trata y preserva las pasarelas de medida se explica que ahora amenace
con colocarlas de hormigón. En vez de resguardarlas y mantenerlas en buen
estado, permanecen todo el año tiradas y arrambladas a pesar de su evidente
coste.
En segundo lugar, las vergonzosas instalaciones
certifican la calidad da la limpieza de la que hace gala el consistorio
veratense. Si convierten a su almacén en un estercolero, dentro y fuera de la
valla, es de suponer el esmero y calidad de su trabajo de limpieza de la arena
o del resto de las calles del municipio y del litoral.
En tercer lugar, la falta de actuación constata que
vive de espaldas a los vecinos, pues han sido múltiples las denuncias sin que
el Ayuntamiento mueva un dedo. Hace un mes, los vecinos de Veramar, que se han
unido a Veraplayazul en defensa del litoral, alertaron, como antes se hizo en
otras denuncias, del peligro que suponía el almacén salvaje y la suciedad.
Por último, pero no menos importante, la existencia
del almacén es un desprecio a la protección, cuidado y bienestar de los vecinos
y al potencial turístico de Vera pues supone un riesgo evidente tanto personal
como económico.
Por si no lo saben, Veraplayazul aclara al alcalde y
resto de corporación que “no sólo arden los neumáticos” y que las llamas serían
avivadas hasta límites insospechados como consecuencia del viento en la costa.
La asociación les recuerda, asimismo, que está próximo San Juan y que, en
cualquier caso, lo más efectivo es dialogar y atender a los vecinos.
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